La música nos une… a veces

Quién dijo que la música unía al mundo? Debe haber sido el cura Hasbun que cantaba con sus feligreses “Alabaré! Alabaré!” o quizás Stevie Wonder cuando cantaba “We Are The World” junto a otras reliquias ahora ya momificadas… o el Puma Rodríguez interpretando la “Canción de la Alegría”.

Pero la verdad es que en muchos casos hay estilos musicales que por lo menos a mi me genera cierta picazón en el pescuezo, me hace transpirar helado o simplemente me produce algún tipo de irritación. Al primer compás, chao! Estas son generalmente las melodías mamonas, el reggeton, Silvio Rodríguez, aahahahah!! Ya me pica el pescuezo!... y liógitus que hay muchas más.

Pero esto no quiere decir que la música que escucho sea la mejor, no señora!. También hay gente que sale arrancando cuando se le nombra el heavyhardcoremetalpunkdoomthrashrapclassicambient, pero lo que si debo decir es que la gente que escucha estas variedades musicales tiene una mayor tolerancia y amplitud, donde pueden abarcar desde música clásica hasta lo más descolocador, teniendo la capacidad de aceptar música de terceros… pero anda a pedirle a alguien que escuche tu música, nadiennn compadre! Nadieennn!! Salvo uno que otro mortal.

Es por eso que hay casos ejemplares, claro que ya llega al extremo, como el de mi querido hermano que para su matrimonio bailó el temón de “Cristian Castro” “Para Amarte Así” como vals. No sé po' guatón, yo a lo más me bailo “Easy” de “Faith No More”, pero la canción de un mamón que tiene un Loly tatuado en la espalda… aahahahh! Me vuelve la picazón!!... Mejor no digo más, capaz que termine bailando el "Unicornio Azul". Fue ahí donde sucumbió el heavyhardcoremetalpunkthrash de mi hermano y desde entonces que ya es común encontrarlo, de vez en cuando, escuchando cosas de ese tipo.

También existe lo grato de todo esto, que cuando te encuentras con alguien que tiene gran compatibilidad musical contigo y que escucha las mismas desconocidas bandas se genera una amistad y agrado hacia la otra persona casi instantánea. Esto me ha hecho tener amigos por años, y también encontrar buenas amistades cibernéticas como Perem1 (de España) y Emrat (de Perú). Hasta en mi propio trabajo he compartido con personas de diferentes generaciones intercambiando y conversando de buena música, aunque reconozco que cuando llegué a ese lugar me tacharon de satánico al encontrarme en el PC un mp3 de “Brujería”, Wa!

Bueeee!! La cosa es que dentro de toda esa inmensa cantidad de estilos musicales que he llegado a escuchar está una banda que difícilmente pueda compartir, ni siquiera para dedicarle amorosamente una canción de ellos a una linda pelolais. Esta agrupación se llama “Estradasphere”, californianos descubiertos en la época donde mis oídos eran saturados de “Mr. Bungle” y “Secret Chiefs 3” (los mismos pero sin Patton). Cultivan una extraña mezcla de rock, jazz, big band, new age, música latina, gitana, etc. Logrando sonar no solamente con batería, bajo y guitarra, si no que también con muchos vientos, un violín, acordeón y teclados, todos estos instrumentos interpretados por ese entonces 5 integrantes (ahora son 6).

El disco que escuchaba en aquella época era el recién salido “Buck Fever” (2001), segundo disco de la banda compuesto por 16 temas en su mayoría instrumentales, con mucho cambio repentino de estilo característico este sexteto.

Una banda que nunca pondrán en MTV, ni que saldrá en tu revista "Miss 17", pero totalmente recomendable para quienes gustan de sonidos más sórdidos.

Videos:
- "The silent elk of yesterday", puro metal épico.
- “Millennium Child”, la primera parte de este lindo tema con doble bombo a full.
- “Burnt Corpse / Rise N’ Shine” pasando de death metal a jazz.

Muestras de “Buck Fever” acá.

Chauchera!