miércoles, 25 de mayo de 2011

Prejuicio

Estamos inmersos en una sociedad en que las personas antes de entrar a conocer al prójimo, primero lo observan, lo analizan y concluyen su forma de ser antes que éste les diga… Kiubo!! Eso es prejuicio en el que todos caemos y del que no me libro. Si alguien le saca el rollo a una persona ya sea para bien o mal, se esta prejuzgando.

Cuando yo era un lindo niño con la cabeza un poco más desproporcionada de lo que la tengo hoy en día, pero lindo, presencié algunos de estos actos prejuiciosos que llevaban a la discriminación. Debo agradecer que por el tamaño de mi cabeza no fui prejuzgado ni menos discriminado… pero si webeado. A lo que voy es que en aquel tiempo, cuando esto no se llamaba bullying, noté como un cegatón compañero de 1er año de básica no se quería sentar con nuestra morenita compañera por ser “negra”. A ella la recuerdo bien bonita, una negrita hasta con pelo afro sin ser de la raza de Kunta Kinte. Pero este cegatón no quiso compartir su pupitre por el motivo de color de piel, ganándose todo nuestro repudio.

La cosa llamada prejuicio empieza de niño, y quién sabe qué gatilló a este cegatón el no aceptar a gente con piel morena. Habrá sido hijo de algún neo nazi o rucio de ojos azules, pero la verdad es que este cegatón tenía sus mechas negras y más encima tiesas… más bien de estilo pubico, y no había mayor razón para comportarse así… pero repito… quién sabe… es probable que en este preciso instante esté en algún lugar de dudosa reputación disfrutando de los bailes en el caño de grandes diosas negras.

Lo que si sé, es el motivo del porqué fui tan prejuicioso con los colorines. En la misma época de lo ocurrido con el cegatón, jugando con mi mejor amigo de ese entonces “El Pancho” se acercaron de mala manera dos niños de nuestra edad para que juguemos con ellos. Uno de ellos era un cabeza de cobre y pecoso como el mejor de los panes de pascua lleno de frutos secos. Pero lo que más recuerdo es que aquel “ampolleta de carnicería” tenía tan mal olor que nos impedía acercarnos para mantener una madura conversación característica de aquella tierna edad. Desde ese entonces, colorín que veo lo asocio con un olor no muy grato y con el mal humor que ese tierno niño tenía. Así me lo pasé mirando con mala cara a celebres colorines como Carcuro, Ravinet, Chuck Noris, Chuky, el payaso del McDonals, y el amigo de Harry Potter, entre otros. Aunque nunca miré de mala manera a las bellas Redheads que se me presentaban por la vida.

Dios castiga y no a palos dicen, y con el tiempo, al entrar a cierta edad donde te salen pelos por donde nunca tuviste, me dí cuenta que la barba me salía colorina, lo que se incrementa con los rayos del sol que hoy tanto hacen falta. Hasta tengo la tincada que, por mi barba roja, mis hijos saldrán tan rojizos como el recordado niño de cobre. Así que… colorines!!! Me uno a ustedes!!

A otro que siempre prejuzgué, fue a Jimmy Hendrix, no por su color de piel, ni por su cara de degenerado, ni por haber quemado una que otra guitarra con la que uno sueña tener, si no por que me había quedado con ciertas imágenes, y sobre todo sonidos, donde más que sacar lindas melodías a las de 6 cuerdas, producía espantosos chillidos sicodélicos. Al parecer me había cruzado, para mi mala suerte, solamente con esas partes de su loca y corta carrera, ya que al tener la oportunidad de escucharlo con mayor detención, pude apreciar que tiene muy buenos temas y toca su guitarra como pocos saben hacerlo… incluso con el canino.

Una buena muestra para escuchar del gran Hendrix es para variar uno de los tantos Greatest Hits (2010). Escuchando sus canciones se me olvida lo volado que era este tipo y de las tonteras que hacia con su guitarra en el escenario bajo los efectos de algún alucinógeno típico de la época. Siempre me ha llamado la atención lo cristalino del sonido de sus grabaciones, como si fueran recientemente registradas.

Para qué hablar de los grandes temas que todos conocen. Yo ahora me quedo con Angel.

Colorín colorado…

miércoles, 27 de octubre de 2010

El exquisito arte culinario

Comer bien es el hobbie de todos. Nadie se resiste a las delicias que desde pequeños nos preparaban nuestras madres. Empanadas, bistec con papas fritas, tallarines, arroz, pastel de choclo, lasaña, pizza, chuletitas con arroz, postres, etc. La lista es interminable.

Pero también hay que reconocer que hay bocados que odiamos, esas comidas que no incentivan ni al chavo del ocho como las guatitas, el cochayuyo, las pantrucas, los interiores, y para muchos… la comida del casino de la pega. Aunque a medida que pasan los años uno se va poniendo más receptivo hasta llegar a comer lechugas insípidas aliñadas con un tóxico limón Traverso.
Cuando chico, mi abuela era la anti apetito. Reconocida por sus sopas que no llamaban la atención ni al más guata de cachureo.

Era lo peor que te podía pasar… que te dejaran al cuidado de la abuela. Como aquel día en que así fue, donde en mi resignación tenía todo planeado para no sufrir tanto a la hora del almuerzo. Mi plan era aguantarme la aguada sopa para después darme un banquete con un par de exquisitas hamburguesas que habían sobrado del día anterior. Era algo espectacular, pero mala sorpresa me llevé cuando esta chiquilla, al dejarme el plato de sopa en la mesa, veo nadando en su interior las dos bolas de hamburguesa desintegrándose.

En ese momento me sentí como cuando Ozzy le da el mordisco a la famosa paloma. Bueno, quizás no, pero tanta introducción era para llegar a Ozzy, o mejor dicho a Black Sabbath… excusas, porque cuando el Príncipe de las tinieblas hizo tal Show ya estaba fuera de la banda.

En fin, lo que escucho ahora es una compilación del año 2000 llamada creativamente The Best Of Black Sabbath, álbum doble repleto de numerosos éxitos de estos oscuros padres del Heavy Metal.

Canciones casi en su totalidad de la época del rayado Ozzy, una pocas con Dio y una única con Gillan en las voces.

Linda compilación que me hace disfrutar de grandiosos temas como "Black Sabbath", "Children of the Grave", "Hole in the Sky", "Never Say Die", y "Heaven and Hell".

Bon appétit!

Chaleco!

jueves, 21 de octubre de 2010

Rush, Estadio Nacional, 17 de octubre de 2010

Siempre dije que cuando viniera Rush a Chile iba a invertir en la mejor ubicación para verlos. Y así fue como pasó el tiempo, mientras los rumores de una posible visita iban y venían. Hasta que llegó el momento y ahí estaba yo, cumpliendo con mí promesa.

Esta banda se lo merece, los considero unos “mostros”, casi de la talla de Pink Floyd, Led Zeppelin, Emerson, Lake & Palmer, Illapu, Camela, Rebelde, etc.

Si bien estos tipos son unos gigantes del rock, estaba más que claro que al recital del pasado domingo 17 de octubre (día del cumpleaños de mí querida madre por lo demás) iba a ir solo (a no ser que le regalara a mi vieja una entrada para cancha VIP). De mis cercanos, a nadie le gusta mucho la música de Rush, así que me mentalicé para ir a mi primer recital solo, siendo lo más cercano a eso cuando un día me dio por ir a ver a una banda tributo a Pink Floyd en un bar cercano a mi casa, ahí, sentado en la barra con un juguito con cara de rudo escuchando a unos viejos que se creían gringos.

Pero esto era otra cosa, un recital con 45 mil personas en el Estadio Nacional, o sea!

Llegando al recinto deportivo más importante del país, recientemente remodelado, me encontré con mi amiga Carmela que andaba con su grupito. Al rato de instalarnos cerca del escenario, empezaron a aparecer los jugosos VIP. Uno que ofrecía combos al que le pidió que se parara del suelo, otros que llegaron más doblados que el papel con el mensaje de los 33 (también les ofrecieron combitos por lo mismo). Y los últimos… un par de viejos, Pachuco y el Naufrago, de esos que al verlos te preguntas, y qué chucha andan haciendo acá?? Pachuco insistiendo pasar para adelante con una bandera en la mano para tirarla al escenario, y el Naufrago, que al parecer no le afecto tanto el aire, manteniendo a su compadre tranquilo.

Comienza el tremendo show y es ahí donde se prenden todos los celulares y cámaras de bolsillo, como si fuera recital de Daddy Yankee. Gente que ya no disfruta el ver un espectáculo si no es a través de una pantalla… estando ahí mismo! Mejor quédense en casa y bajen un video de mala calidad en youtube. Ya no es como antes, como lo ilustra el Bicho Maldito acá. Pero bueno, pavos hay por doquier.

Fue un show completo de 3 horas de duración, con videos donde se ríen de ellos mismos, con un anuncio de intermedio debido a la “avanzada edad de los integrantes de la banda”, con imágenes en las pantallas dignas de un DVD oficial cuando se trataba de lo que se captaba sobre el escenario, con iluminación y sonido de lujo, con una maquina del tiempo que fabricaba longanizas en forma permanente, homenaje a los 33 mineros… y lo mejor, con un Rush que se mandó el siguiente Set List:

First Set
2. Time Stand Still
3. Presto
4. Stick It Out
5. Workin' Them Angels
6. Leave That Thing Alone
7. Faithless
8. BU2B
9. Freewill
10. Marathon

Second Set
13. Red Barchetta
14. YYZ
15. Limelight
16. The Camera Eye
18. Vital Signs
19. Caravan
20. Drum Solo
21. Closer To The Heart
22. 2112 Part I: Overture
23. 2112 Part II: The Temples Of Syrinx
24. Far Cry

Encore
25. La Villa Strangiato
26. Working Man

Recorrieron gran parte de su discografía, incluyendo temones del próximo disco como Caravan. Solo hubo uno que otro gallito de Geddy Lee, y una falla de la batería electrónica de Peart en YYZ, pero no fueron más que pelos de la cola.

Foto de Claudio Saavedra
Al final me fui solo con la tranquilidad de haber asistido a uno de los mejores conciertos de los que hasta ahora he ido… a pesar del jugo VIP de algunos y los miles celulares.

… y no perdí ninguna zapatilla.

Chao!